4 de abril de 2017

Un lugar: Chef Chauen, Marruecos.


Muy buenas! Hace tiempo que no publico una nueva entrada en el blog, y es que el último año no he parado de trabajar y también de viajar, así que empezamos con una mirada a Chauen!!

En Mayo de 2015 decidimos hacer un viaje a Marruecos, ya que no lo conocíamos, haciendo paradas por varios pueblos para conocer la cultura y el estilo de vida.
La primera parada fue en Tetuan. Llegamos un viernes (día por excelencia del couscous), paseamos por sus callejuelas, por el mercado, y paramos a comer un delicioso couscous con verduras, un enorme plato con refresco por los que pagamos 20 dirham (unos 2€ por persona!. 10 dirham equivalen aproximadamente a 1€)

Tras pasar el día en Tetuan, nos dirigimos hacia Chauen (Xauen o Chefchauen), por largas carreteras entre montañas.


La ciudad fue creada en 1471, construida por exiliados de Al-Ándalus (musulmanes y judíos). Es también por ésto que la ciudad tiene un aire que recuerda a las callejuelas y casas andaluzas.
Al entrar, lo primero que nos envuelve es el color azul de las fachadas de sus casas, de los escalones de sus calles... una amplia gama de azules: añil, índigo, celeste... por lo que se la conoce como "la ciudad azul". 
Cada año, antes del Ramadán, los habitantes de la ciudad se esmeran en limpiar las casas y encalar las fachadas. El por qué del color azul se remonta al 1930, cuando los refugiados judíos allí asentados decoraron las fachadas simbolizando el cielo azul, que hace alusión al concepto abstracto de la libertad. Con los años, la tradición se extendió, y el color azul les ayuda también a ahuyentar a los mosquitos.


Pasear por sus callejuelas, pararse en sus mercados y puestos de artesanía, visitar las plazas principales (como la plaza Uta Al-Hamman, donde se encuentra la alcazaba y la mezquita, cerquísima de nuestro hostal que se encontraba en una callejuela que daba a la plaza. Nos costó 150 dh/noche (15€), con lo cual una habitación para dos personas sale a 7,50€/persona y noche, en el centro de Chauen!); darse una tarde relajante en un Hamman (lo recomiendo 100%, a parte de ser relajante y de expulsar muchas toxinas, es una buena forma de acercarse a la cultura y conocer a las mujeres de la comunidad musulmana). Evidentemente hay Hamman para hombres, y para mujeres, por separado.

Recuerdo especialmente los olores por las calles a especias, los colores vivos de los mercados, el calor del continente africano, las comidas en grandes cantidades y de sabores intensos, la forma de vida tan sencilla y tranquila, los puestos de caracoles y de zumo de naranja recién exprimido en las esquinas, el te con toneladas de hierbabuena, la colada mojada extendida en las piedras al sol, sus valles y montañas... Todo son aspectos positivos para volver a visitar Chauen!

       




    
     






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