2 de enero de 2024

México: Tulum y Chichen-Itzá

Cuando pensaba en México, imaginaba aguas turquesas, arena blanca, mucha selva, comida rica y ruinas mayas. Solo deseaba que al llegar, mis expectativas no me traicionaran. Desde luego no lo hicieron: México es un paraíso. Con todas las letras.



No puedo negar que dentro de las ideas que llevaba y la información que tenía sobre el país, también se me pasaba por la cabeza el estar alerta ante cualquier problema que pudiera surgir, debido a la idea de violencia que de allí tenemos. Pero durante todo el viaje, en ningún momento tuvimos ningún problema, ni sentimos ninguna amenaza a nuestro alrededor.

Tras las diez horas de vuelo, al bajar en el aeropuerto en Cancún, lo primero que recuerdo fue el golpe de aire caliente que sentí justo al abrirse las puertas del aeropuerto. Un calor denso y húmedo. También los olores a salsas y picante, y muchos colores por todas partes.

Nos estaba esperando un transfer que nos llevaría a nuestro alojamiento en Tulum. Y eso sí que fue una sorpresa: Tulum.


Naturaleza, historia y ambiente a partes iguales: playas paradisíacas, gente agradable, infinidad de actividades para realizar durante el día, terrazas llenas, vida nocturna, cadenas colgantes de bombillas de luz cálida por todos los rincones, música en directo, arte callejero, quesadillas, ceviche, marquesitas y mucha fruta.


Tras varios días disfrutando de sus playas, su gastronomía, y sus rincones más mágicos, por fin llegó el momento de visitar Chichen-Itzá: enclave arqueológico maya, patrimonio de la humanidad y una de las siete maravillas del mundo.

Un placer para los sentidos.

Chichen-Itzá fue fundada en el año 525 y se encuentra en la península de Yucatán. El templo principal de esta ciudad es la pirámide de Kukulkán, que pone de manifiesto los profundos conocimientos de los mayas sobre matemáticas, astronomía, arquitectura y acústica.

Es imposible no sentir la gran energía que hay en el lugar, rodeado de selva. Un lugar mágico y cargado de historia, a más de 100 kilómetros de la costa.


Curiosidad: Cada año, durante el equinoccio de primavera (21 de Marzo) y también en otoño (22 de Septiembre), durante unas horas determinadas, la luz del sol proyecta un efecto de sombra sobre la escalinata del templo, produciendo la forma ondulada del cuerpo de una serpiente, que parece descender desde lo alto de la cumbre.

¿Cómo visitar Chichen-Itzá? No tendrás problemas, los tours están por todas partes, no tienes que molestarte en llevar la excursión contratada desde España. Los propios alojamientos os ofrecerán excursiones de todo tipo: paseos en kayak por la playa, visitas arqueológicas, rutas y baños en cenotes, etc.

Una visita obligatoria es la de los cenotes, impresionantes manantiales de agua dulce situados en depresiones geológicas, una joya de la naturaleza. Se estima que hay más de 2.000 cenotes repartidos por todo México, su nombre proviene del maya “tz-onot”, significa “caverna de agua”.


Eran sagrados para los mayas, además de por ser su principal fuente de agua dulce en medio de la espesa selva, también eran considerados portales para ingresar al reino de Chaak, el dios maya de la lluvia y de la vida.

Volviendo a la zona de Tulum, otra de sus maravillas son sus ruinas mayas, una visita maravillosa y una experiencia enriquecedora que te permitirá conectarte con la historia, la cultura y la belleza natural de la región.


Para visitar las ruinas, alquilamos unas bicis y dimos un paseo precioso por el camino entre la selva hacia las ruinas, situadas cerca de un acantilado en la playa, rodeado de vegetación, fauna, y aguas turquesas.


La relajación y el magnetismo que se siente en ese precioso rincón Mexicano es increíble… tumbarse horas en la playa después de un paseo en bici, tomar un cocoloco bajo su sol después de horas caminando, nadar en sus aguas brillantes… pasear por sus calles y probar la comida local, impregnarte de su historia y su cultura, querer quedarte a vivir allí… algo inevitable.



Sin duda alguna, un viaje que repetiría sin pensarlo 🩵

10 de mayo de 2020

Q U A R A N T I N E

El 11 de Marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaraba como pandemia mundial la crisis del coronavirus.

Desde entonces, tras declararse el estado de alarma en España el día 15 de Marzo, todos hemos estado guardando cuarentena en casa, casi dos meses, por nuestra seguridad y la de los demás.

Días difíciles, pero que también nos han ayudado a conectar más con nosotros mismos y con nuestros seres queridos... a dejar de lado lo artificial, las prisas, la necesidad de contestar inmediatamente como si se nos fuera la vida en ello... y centrarnos en las cosas realmente importantes. Lo que no podemos dejar de lado.

Mirar más despacio, querer sin prisas, y dejar que las cosas nos acerquen. 

Y qué bonito es cuando nos podemos parar. Cuando el tiempo nos da una tregua, y la sabemos aprovechar.








 











16 de febrero de 2019

Un lugar: Algarve, Portugal.

Llevaba tiempo queriendo compartir con vosotrxs mis fotografías del Algarve, y ahora que se acercan fechas de vacaciones para muchxs, es buena idea pensar en la Costa del Algarve para hacer una escapada de la que no os arrepentiréis: inmensos acantilados que pintan una preciosa costa dorada, playas arenosas, calles y construcciones con influencias de la cultura Romana y Árabe, pequeños pueblos de pescadores donde degustar el mejor pescado fresco... a tan sólo 3-4 horas desde el Campo de Gibraltar y cercanías!


Lo primero que nos encontramos al entrar en el Algarve es Tavira, una antigua ciudad Árabe donde disfrutar de sus playas, su castillo medieval, y por supuesto hacer una parada en Vela 2, un restaurante en el que podréis degustar el mejor pescado fresco por tan sólo 10€ por persona (podéis repetir tantas veces como queráis!) Muy recomendable.


Castillo de Tavira

Continuando por la costa llegamos a Faro, con su casco antiguo amurallado, fue un enclave importante para Romanos y Árabes. Aquí, algo escondido en plena naturaleza, se encuentra Pego do Inferno, un lago natural con una cascada en medio del entorno y la vegetación. 
La primera vez que fui al Algarve, hace muchos años, Pego do Inferno no era tan conocido, pero en mi último viaje he podido encontrar bastantes bañistas y personas pasando el día en este enclave natural. Además de bañaros en el lago, podéis tiraros a él desde un árbol en el que han colgado una cuerda tipo liana, siempre hay personas esperando para lanzarse!

Entre Albufeira y Portimao hay una atracción artística que no os podéis perder. Se trata de Fiesa, en la localidad de Pêra, el Festival Internacional de Escultura de Arena donde escultores de diversos países han creado auténticas obras de arte.






Más adelante, desde el puerto de Portimão, os recomiendo hacer la ruta de las cuevas para conocer los rincones más secretos del Algarve. Hay varias opciones: en barca, lancha, kayak... con una duración de unas 2-3 horas y un precio aproximado de entre 20€ y 30€ por persona (dependiendo del puesto donde lo compréis), recorreréis una buena parte de la costa del Algarve y conoceréis calas vírgenes que no tienen acceso a pie.
Una cantidad de acantilados impresionantes y playas escondidas que no os dejarán indiferentes.








Y cómo no visitar la cueva de Benagil, con un atractivo natural impactante: un arenal oculto entre cuevas con grutas producto de la erosión, a la que sólo se puede acceder nadando desde la playa de al lado, o con la ruta en barca o kayak desde el puerto de Portimão.


Aprovechando la visita a Portimão podéis hacer una parada en Praia da Rocha, donde caminaréis hacia la playa perfilando los acantilados con unas vistas increíbles.

Otra de las playas más bonitas para visitar es la Praia do Três Irmãos, en Alvor.




Continuando por la costa tenemos que hacer una parada obligatoria en Lagos: el centro de la ciudad tiene un toque medieval y la línea de costa una belleza asombrosa.
Acantilados dorados de 20 metros de altura, con formaciones rocosas que emergen del mar guiaron durante siglos a los navíos portugueses.
Podemos encontrar varias playas preciosas, las más conocidas Ponta de Piedade y Praia do Castelo.

Praia do Castelo

Si tenéis tiempo, podéis hacer una parada en Raposeria para visitar el menhir Do Padrao, datado del 4.000-3.000 a.C., de algo más de 2 metros de altura y que evidencia la existencia de vida humana en esa zona durante la época del Neolítico (lo econtraréis dirección Sagres, cogiendo el desvío hacia la playa de Ingrina). También es buena idea pasar por alli si vais en furgo, podéis pernoctar cerca de la playa, suele haber autocaravanas y es muy tranquilo.

En el extremo occidental del Algarve y terminando nuestra ruta tenemos el Cabo de San Vicente, con una fortaleza visitable y un faro. Desde él podemos contemplar el atlas con un paisaje imponente. 
Merece la pena contemplar su atardecer, las vistas que ofrece este cabo han inspirado relatos épicos y leyendas.

También hay hueco para los amantes del surf, y es que a 28 km del Cabo de San Vicente nos encontramos con Carrapateira, muy frecuentada por surferos, donde suelen pernoctar furgonetas y autocaravanas.

Contemplar un atardecer desde sus acantilados fue algo increíble!!