27 de agosto de 2017

Un lugar: Roma, Italia.

Cuando se despierta un día lluvioso, yo me despierto con ganas de crear. El clima de hoy me ha recordado mi viaje a Roma del año pasado, que quiero compartir con vosotrxs.

La llaman "La Ciudad Eterna", y es que, cuando paseas por sus calles y observas sus antiquísimas construcciones, el tiempo se para... y resulta abrumador contemplar algo tan bonito y tan antiguo a la vez. Hay zonas, como el Foro Romano (zona central donde se comenzó a desarrollar Roma...es la zona más antigua), que a pesar de sus columnas derruídas y sus gigantescos pilares (algunos enteros, a otros les faltan partes), si te paras y observas con detenimiento alrededor, parece que viajas en el tiempo a la época donde Roma estaba en todo su apogeo... vegetación, grandiosas construcciones, cúpulas en sus catedrales y edificios, altas columnas, laboriosos labrados en las piedras...


Es fácil recorrerse la ciudad con un poco de empeño, eso si, alternando las caminatas con autobús y metro, para no acabar exhaustos.
Dormir en un lugar más o menos céntrico os ayudará a estar más cerca de los puntos de interés a visitar, como fue nuestro caso. Nos alojamos en la Via Nazionale, (junto a la Plaza de la República), en un acogedor hotelito, como muchos de allí, adaptado dentro de un edificio de casas antiguas, ya que no hay mucho espacio para nuevas construcciones en la ciudad, y tienen que buscar alternativas. Bajando Via Nazionale ya nos topamos con el Monumento a Vittorio Emanuele, que si lo rodeamos, podemos subir unas largas escaleras y obtener una de las mejores vistas de Roma! muy cerca de éste nos encontramos el Foro Romano, al cual os aconsejo que le dediquéis el tiempo suficiente para recorrerlo con tranquilidad, porque tiene mucho encanto. Para comprar las entradas, muchas personas hacen cola en el Coliseo, y allí compran las entradas también para el foro Romano... pero os aconsejo no hacer la cola en el Coliseo, ya que siempre está a tope de gente y perderéis un buen rato! Lo mejor es hacerlo al contrario, ir directamente al Foro Romano, y en sus ventanillas, comprar las entradas para el Foro y el Coliseo, allí no tendréis que esperar cola! (también podéis comprar las entradas por internet). Por supuesto no hay que decir que tenéis que visitar el Coliseo Romano! El precio de entrada básico para el pack del Foro Romano y Coliseo es de 16€, y merece la pena!

Para ver la Fontana Di Trevi, os recomiendo que no la busquéis... si paseáis por Roma seguro que la encontráis, pero será más impresionante si vais caminando por sus callejuelas sin buscarla... cuando os deis cuenta, de repente, empezaréis a escuchar el murmullo del agua, y al acercaros más, quedaréis boquiabiertos con ésta impresionante fuente! Dicen, que si te pones de espaldas a ella y lanzas una moneda, volverás a pisar Roma alguna vez en tu vida! Yo la lancé... a ver qué pasa!

Para salir a tomar algo, cualquier plaza tiene vida, la Plaza Navona es muy bonita, una de las más populares de Roma, no dejéis de pasar por ella! hay artistas callejeros tocando y tiene mucho ambiente. También la Plaza di Fiori, que acoge a diario un particular mercadillo de flores, así como varios productos de alimentación, artesanía... Pero sin duda, de las mejores zonas para salir de noche a tomar algo (de día es bastante más tranquilo), es el barrio de Trastévere... bohemio, multicultural, pintoresco y tranquilo pero con mucho ambiente a la vez. Hay muchos restaurantes y terrazas para cenar, con el aire romántico y característico italiano, y encontraréis rinconcitos mágicos que no pasarán inadvertidos ante vuestros ojos...

Déjate llevar por la magia de Roma y pasea por sus estrechitas y empedradas callejuelas... te encantará!

Aquí os dejo una pequeña muestra de mi paso por La Ciudad Eterna.














4 de abril de 2017

Un lugar: Chef Chauen, Marruecos.


Muy buenas! Hace tiempo que no publico una nueva entrada en el blog, y es que el último año no he parado de trabajar y también de viajar, así que empezamos con una mirada a Chauen!!

En Mayo de 2015 decidimos hacer un viaje a Marruecos, ya que no lo conocíamos, haciendo paradas por varios pueblos para conocer la cultura y el estilo de vida.
La primera parada fue en Tetuan. Llegamos un viernes (día por excelencia del couscous), paseamos por sus callejuelas, por el mercado, y paramos a comer un delicioso couscous con verduras, un enorme plato con refresco por los que pagamos 20 dirham (unos 2€ por persona!. 10 dirham equivalen aproximadamente a 1€)

Tras pasar el día en Tetuan, nos dirigimos hacia Chauen (Xauen o Chefchauen), por largas carreteras entre montañas.


La ciudad fue creada en 1471, construida por exiliados de Al-Ándalus (musulmanes y judíos). Es también por ésto que la ciudad tiene un aire que recuerda a las callejuelas y casas andaluzas.
Al entrar, lo primero que nos envuelve es el color azul de las fachadas de sus casas, de los escalones de sus calles... una amplia gama de azules: añil, índigo, celeste... por lo que se la conoce como "la ciudad azul". 
Cada año, antes del Ramadán, los habitantes de la ciudad se esmeran en limpiar las casas y encalar las fachadas. El por qué del color azul se remonta al 1930, cuando los refugiados judíos allí asentados decoraron las fachadas simbolizando el cielo azul, que hace alusión al concepto abstracto de la libertad. Con los años, la tradición se extendió, y el color azul les ayuda también a ahuyentar a los mosquitos.


Pasear por sus callejuelas, pararse en sus mercados y puestos de artesanía, visitar las plazas principales (como la plaza Uta Al-Hamman, donde se encuentra la alcazaba y la mezquita, cerquísima de nuestro hostal que se encontraba en una callejuela que daba a la plaza. Nos costó 150 dh/noche (15€), con lo cual una habitación para dos personas sale a 7,50€/persona y noche, en el centro de Chauen!); darse una tarde relajante en un Hamman (lo recomiendo 100%, a parte de ser relajante y de expulsar muchas toxinas, es una buena forma de acercarse a la cultura y conocer a las mujeres de la comunidad musulmana). Evidentemente hay Hamman para hombres, y para mujeres, por separado.

Recuerdo especialmente los olores por las calles a especias, los colores vivos de los mercados, el calor del continente africano, las comidas en grandes cantidades y de sabores intensos, la forma de vida tan sencilla y tranquila, los puestos de caracoles y de zumo de naranja recién exprimido en las esquinas, el te con toneladas de hierbabuena, la colada mojada extendida en las piedras al sol, sus valles y montañas... Todo son aspectos positivos para volver a visitar Chauen!